Maria José Patón (Directora de Patón Abogados Barcelona). Desde el estallido de la crisis económica, en muchas de las sociedades occidentales se inició un proceso de progresivo exterminio de la clase media, que no se ha visto frenado por la recuperación macroeconómica. Este fenómeno está causando una cada vez más profunda brecha social que polariza el poder económico en los estratos sociales más ricos a la vez que incrementa el volumen de personas con recursos limitados. En este contexto, un bufete de abogados debe replantear su propuesta de valor, castigada por el acceso de información jurídica a través de Internet.
Los precios de los abogados, en relación a su valor real
En España, y ante esta situación, los abogados se han visto obligados a replantear su estrategia en cuanto a los honorarios. Mientras, de forma mayoritaria, los bufetes con más notoriedad han mantenido o incrementado los precios, muchos despachos pequeños y abogados independientes los han bajado o, incluso, los han literalmente dinamitado en un descerebrado intento por captar clientes ‘low cost’, una política que ha castigado duramente a la profesión no únicamente en términos económicos, sino también de prestigio social.
Sin lugar a dudas, la facilidad para acceder a información jurídica a través de Internet ha descafeinado la propuesta de valor que ofrece el abogado. La información, el conocimiento y el expertise son los pilares de la profesión jurídica y una de ellas se tambalea de forma preocupante.
Las grandes firmas viven aún ajenas a esta realidad y, la mayoría de ellas, siguen de espaldas a las nuevas tecnologías, cometiendo un grave error estratégico. Por su parte, los pequeños despachos españoles pelean ferozmente por su trozo de pastel en una auténtica selva. En España, únicamente los despachos de abogados que aprovechen los recursos que les brindan las nuevas tecnologías conseguirán sobrevivir a medio plazo.
Apuesta por Servicios jurídicos de calidad
Tal como ocurre con cualquier otro servicio profesional, los despachos de abogados deben trabajar para posicionarse en el grupo de bufetes que ofrecen una propuesta de valor de alta calidad a precios coherentes con la misma. Obviamente, estamos hablando de intangibles, pero que, a pesar de ello, pueden ser percibidos claramente por el cliente, que los usará para valorar positiva o negativamente un servicio jurídico. Y, muy posible, lo hará en Internet, con lo que eso conlleva.
Actividad jurídica de un bufete de abogados y la excelencia deben ir de la mano
Fundamentalmente, estamos hablando de que el abogado debe estar comprometido al 100% con el cliente y sus necesidades. Este compromiso, que responde a la confianza que le ha sido depositada, se desgrana en honestidad en el desarrollo de la labor jurídica, competencia profesional máxima, empatía y personalización.
En estos parámetros se debe basar la actividad de un abogado, que, a su vez, tiene que poner siempre en valor los procedimientos jurídicos que desarrolla y el valor del tiempo que emplea en ello. Si no es así, estamos condenando a la profesión y quedaremos en manos de abogados ‘low cost’, que dinamitarán el mercado y acabarán con el prestigio de una profesión fundamental en nuestra sociedad.
Maria José Patón
mjpaton@patonabogados.com
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